Machu Picchu, la maravilla mundial. Selfies con las llamas, recuerdos
obligatorios.
Machu Picchu, el sueño de los viajeros de todo el mundo. Las
fotos desde diferentes ángulos son obligatorias. Si hay suerte y el clima es
bueno, se obtiene unas fotos magníficas, casi pinturas. Las retratos con los amigos
son obligatorios, y ahora los selfies, una moda de la que nadie está libre,
exigen fotos con primeros planos del turista.
Pero si no se ha tomado selfies acompañado de las llamas (Lama
glama), animales ancestrales de la cultura andina, no puede decir que el viaje
estuvo genial
Algunos viajeros, tranquilos o temerosos de que la llama los
escupa, se limitan a tomarse fotos guardando una distancia prudente. De todas
maneras, las fotos son buenas
Los viajeros más confiados, luego de observar que no pasa nada
con otros turistas, se acercan, acarician a los animales, entran en confianza,
y listos para las fotos del recuerdo.
Algunos más atrevidos y cariñosos, se atreven a besar a las llamas.
Parece que les gusta, porque en este caso, no escupen.
Donde es intrigante la conducta de los animales es cuando el
viajero hace muecas, gestos graciosos y como se muestran instantes es difícil
saber si las llamas (Lama glama) intuyen las muecas que realizará el turista y hacen
lo mismo. En realidad, no se sabe si los humanos imitan a las llamas o las llamas
imitan a los humanos.
Una foto sensacional. Como si estuvieran entrenadas, las
llamas posan tranquilamente con una dama. Es posible, ver una composición cuidadosa
en la que las llamas entendieron lo que debían hacer. Admirables.
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